Teatro Romano de Mérida Turismo Extremadura
Una auténtica joya de la arquitectura romana. Con más de 2000 años de vida sigue cumpliendo la función para la que fue diseñado originalmente: el Teatro sirve de escenario para importantes acontecimientos culturales y en él se celebra el prestigioso Festival de Teatro Clásico de Mérida.
El Teatro Romano de Mérida comenzó a construirse en el año 16 a.C. con el patrocinio del cónsul Marco Vipsanio Agripa.
El diseño se basa en los modelos definidos por Vitruvio (Marcus Vitruvius Pollio). El teatro de planta latina se forma con cuatro triángulos equiláteros inscritos en un círculo, estando el frente de la scenaae en la base del triángulo central. Los vértices de los triángulos señalan el emplazamiento de los accesos y la colocación de los ejes de las puertas.
El graderío, de tres alturas, tenía capacidad para 5.800 personas. El diámetro es de unos 95 metros. La orchestra es semicircular, de 30 metros de diámetro, y rodeándola están las tres gradas de la poedria, reservadas para la alta sociedad de Emerita Augusta.
El frente de escena (frons sceanae) es el elemento más espectacular. Está formado por dos cuerpos de columnas corintias y alcanza los 30 metros de altura. Fue reformado al menos en dos ocasiones, a finales del siglo I y a mediados del siglo IV.
En los espacios entre columnas (intercolumnios) se situaban estatuas que representaban dioses y personajes mitológicos. En el centro de la escena se encuentra en la actualidad una reproducción de una estatua de la diosa Ceres. Entre las columnas del frons scenae se abren las tres puertas de acceso a la escena: la central (valva regia) y las laterales (valva hospitalarium). La valva regia servía de entrada a los actores principales.
Además de las trece puertas de acceso al graderío, tiene dos más para entrar en la escena, todas ellas con pasillos abovedados.
En la parte posterior de la escena, el Teatro incluía un jardín porticado (Peristilo), presidido por una pequeña cámara consagrada al al culto imperial. De la estructura del jardín se conservan incluso los canalillos para el riego. La llegada del cristianismo supuso el fin de las representaciones teatrales y el abandono del edificio, que fue cubierto de tierra y aterrazado para permitir el cultivo.
A comienzos del siglo XX sólo eran visibles algunas partes de lo alto de graderío que sobresalían del terreno y que parecían sillas gigantes. Los emeritentes conocían este lugar como Las Siete Sillas, sin saber que debajo se ocultaba el antiguo teatro.
Las excavaciones comenzaron en 1910 y a lo largo de todo el siglo XX se ha llevado a cabo una importante labor de reconstrucción a partir de los elementos originales del edificio.
La primera representación teatral de la época moderna tuvo lugar en 1933, con la puesta en escena de la Medea de Séneca, en versión de Miguel de Unamuno, con la actriz Margarita Xirgu como protagonista. Este fue el comienzo del Festival de Teatro Clásico de Mérida, el más antiguo de los festivales de teatro que se celebran en España.